jueves, 30 de abril de 2009

Acción o contemplación


¿No es extraño que el hombre, organizado para alcanzar su pleno desarrollo en la contemplación, que lo dilata a la medida de Dios, prefiera la acción, que lo repliega sobre sí mismo en su voluntad de vencer? Es más fácil actuar que hacer oración. En ésta la iniciativa pertenece a Dios, en aquélla a nosotros, y no nos gusta enajenar nuestra libertad aunque sea en provecho del Señor. Para la fe es una especie de enigma que la mayoría tengan aversión a la contemplación, que viene a ser para ellos como el lujo de los cristianos ociosos.

un monje

lunes, 27 de abril de 2009

Las Puertas del Silencio



" A ti sola, alma bienaventurada a quien el Señor atrae al desierto para hablarte al corazón. A ti sola, que lo has acogido como Único. Mejor, que te ha acogido como hostia de alabanza por siempre.
¿Quieres arder ante su Faz adorable como una cera muy pura?
¿Quieres, como los querubines, como los serafines, oh alma, ser irradiada por su claridad, abrasada por su amor, y no ser para Él nada más que Luz y Claridad?
Consiente en olvidar el mundo, el universo y a ti mismo.
Si vacilas en perder en Él y por Él tu vida, no sigas más. Lo que sigue no te aclarará nada.
Si el abismo te tienta, suplica al Señor que te envuelva en soledad, que te arroje en el silencio que Él habita y llena, donde Él se manifiesta. Por tu parte, esfuérzate en vivir así.
En cuanto te sea posible, con exacta obediencia y una perfecta caridad, evitarás estas cuatro cosas, los mayores obstáculos al silencio interior, y que vuelven imposible la contemplación habitual:
El ruido interior.
Las discusiones interiores.
Las obsesiones.
Las preocupaciones de ti mismo.
¡Hecho esto, habrás franqueado las puestas del silencio!"

Cartuja de Miraflores. Escritos cartujanos.
Del Blog Dichosa Ventura

miércoles, 22 de abril de 2009

Macario el Grande



Homilias Espirituales

El alma se desprende de las divagaciones malvadas guardando el corazón y evitando que sus miembros, los pensamientos, vaguen por el mundo (Hom. 4: PG 34, 473d).
La verdadera base de la oración reside en controlar los pensamientos en medio de una gran paz y tranquilidad, a fin de evitar los obstáculos exteriores. El hombre deberá, entonces, combatir, talar en el bosque los pensamientos malvados que lo rodean, impulsarse hacia Dios sin ceder ante la voluntad de sus pensamientos, sino, por el contrario, en medio de su dispersión, reunir los pensamientos malvados con los naturales.
El alma, bajo el peso del pecado, avanza como a través de un río invadido por cañaverales, como a través de una espesura de arbustos y de zarzas. Aquel que quiere atravesarlo debe extender las manos y, penosamente, separar por la fuerza el obstáculo que lo aprisiona. Así, los pensamientos del poder enemigo envuelven al alma. Es necesario, pues, un gran celo y una extensa atención de espíritu para reconocer los pensamientos intrusos del poder enemigo (Hom. 6: PG 34, 520b)
¿El espíritu es una cosa y el alma otra? El cuerpo tiene diferentes miembros y sin embargo se dice: un hombre. Igualmente, el alma tiene varios miembros: el espíritu, la conciencia, la voluntad y los pensamientos, que tanto acusan como excusan (Hom. 2: PG 34, 15).
Todo esto está unido en un mismo pensamiento, y los miembros del alma constituyen el hombre interior. Como los ojos del cuerpo perciben desde lejos las espinas, así el espíritu prevé las trampas del poder enemigo y previene al alma, de la que es el ojo (Hom. 7: PG 34, 528b).

Aquellos que se acercan al Señor deben hacer su oración en un estado de tranquilidad y de paz extrema y aplicar su atención sobre el Señor con pena 1 en el corazón y sobriedad de pensamientos, sin confusión ni palabras inconvenientes (Hom. 6: PG 34, 517).
El fuego celeste de la deidad, que los cristianos reciben en el interior de su corazón en esta vida –ese fuego que cumple su oficio en su corazón–, sirve para la disolución del cuerpo y reajustará los miembros descompuestos en el día de la resurrección…
Los tres niños arrojados en la hoguera a causa de su justicia llevaban el fuego divino de Dios en el interior de sus pensamientos, sirviendo y operando en medio de esos pensamientos. Y ese fuego se manifestó por fuera de ellos y contuvo al fuego sensible.
Igualmente, las almas fieles reciben secretamente, en esta vida, el fuego divino y celeste, y es ese fuego el que forma la imagen celestial en la humanidad… (Hom. 11: PG 34, 544).

Cuando el príncipe del mal y sus ángeles anidan en él, vuestro corazón es un sepulcro. Cuando los poderes de Satanás se enseñorean de vuestro espíritu y vuestros pensamientos, ¿no estáis muertos para Dios? El Señor libera al espíritu para que pueda avanzar sin penas, con alegría, en el aire divino (Hom. 11: PG 34, 552).
El pecado y la impudicia tienen el poder de penetrar en el corazón, pero los pensamientos no vienen de afuera, sino del interior del corazón. El apóstol dijo: «Quiero que los hombres oren en todas partes elevando sus manos puras, ajenos a la ira y a los pensamientos malvados» (1 Tim 2, 8), y también: «Del corazón provienen los malos pensamientos» (Mt 15, 19). Acércate a la oración, inspecciona tu corazón y tu espíritu y toma la resolución de hacer llegar a Dios una oración pura. Vela, sobre todo, para que no haya obstáculos a la pureza de tu oración. Que tu espíritu se ocupe del Señor del mismo modo que el trabajador de sus tareas y el esposo de su mujer… Si doblas las rodillas para orar, que otros no vengan a robar tus pensamientos (Hom. 15, 1: PG 34, 584c).

La gracia graba en el corazón de los hijos de la luz las leyes del Espíritu. Ellos no deben poner su seguridad solamente en las Escrituras de tinta, pues la gracia de Dios inscribe las leyes del Espíritu y los misterios celestes también sobre las tablas del corazón, y el corazón es quien manda y rige todo el cuerpo. La gracia, una vez que se ha apoderado de los prados del corazón, reina sobre todos los miembros y todos los pensamientos, pues allí residen todos los pensamientos del alma, su espíritu y su esperanza y, a través de él, la gracia pasa a todos los miembros del cuerpo. Paralelamente, para los que son hijos de las tinieblas: el pecado reina en su corazón y pasa a todos sus miembros… Como el agua a través de un canal, así pasa el pecado a través del corazón y sus pensamientos. Aquellos que lo niegan sufrirán en el futuro el juicio y la burla del triunfo de su pecado, pues el mal se oculta en el espíritu del hombre para escapársele (Hom. 15: PG 34, 589a).
Todo el tiro está en poder de aquel que sostiene las riendas. El corazón tiene numerosos pensamientos naturales unidos a él, pero el espíritu y la conciencia son quienes corrigen y dirigen al corazón despertando los pensamientos naturales que bullen dentro de él. El alma tiene, pues, numerosos miembros, aunque sea una sola (Hom. 15: PG 34, 600a).

El mal realiza su obra en el corazón sugiriéndole pensamientos malvados e impidiendo al espíritu orar puramente y encadenándolo al siglo. Él reviste a las almas y las penetra hasta el meollo de los huesos. Como Satanás está en el aire sin que Dios deba sufrir por ello en forma alguna, así el pecado está en el alma y, sin embargo, la gracia de Dios está allí al mismo tiempo sin sufrir daño por ese hecho (Hom. 16: PG 34, 617a).

La perfección no reside en abstenerse del mal sino en alcanzar un espíritu humillado, en dominar a la serpiente que anida detrás del espíritu, más en lo profundo que el pensamiento, que los tesoros y los depósitos del alma. Pues el corazón es un abismo… (Hom. 18: PG 34, 633b).
Tal como los mercaderes recogen sus ganancias materiales en todas las fuentes de la tierra, así los cristianos, por el conjunto de las virtudes y el poder del Espíritu santo, reúnen los pensamientos de su corazón dispersos por toda la tierra. Este es el más bello y verdadero de los negocios…, pues la potencia del Espíritu divino tiene el poder de concentrar el corazón, disperso por toda la tierra, en el amor del Señor y así transportar el pensamiento al mundo de la eternidad (Hom. 24: PG 34, 661d).

Nuestra oración no puede limitarse a un hábito o a una convención: actitudes corporales, silencio, genuflexión… Debemos velar con sobria atención en nuestro espíritu, aguardando el momento en que Dios se hará presente en nuestra alma, visitando todos sus senderos, todas sus puertas, todos sus sentidos. Cuando el espíritu está firmemente unido a Dios no es necesario callar, ni gritar, ni clamar.
El alma debe despojarse enteramente para la súplica y para el amor de Cristo, evitando distracciones y divagaciones en sus pensamientos (Hom 33: PG 34, 741b) [2].
El mejor de nuestros actos, la más alta de nuestras obras, es la perseverancia en la oración. Por ella podemos adquirir cada día todas las virtudes pidiéndolas a Dios. Ella proporciona a aquellos que son considerados dignos la comunión con la bondad divina, con la operación del Espíritu, la amorosa e inexpresable unión espiritual con el Señor. Aquel que cada día se esfuerza, perseverando en la oración, es consumido por el deseo divino del amor espiritual; inflamado de la ardiente languidez por Dios, recibe la gracia espiritual de la perfección santificante (Hom. 40: PG 34, 764b).

Cada uno de nosotros debe examinar su vaso de arcilla para ver si ha encontrado el tesoro, si se ha revestido de la púrpura del espíritu, si ha contemplado al rey, si reposa cerca de él o si está en las estancias exteriores.
Pues el alma tiene multitud de miembros y gran profundidad. El pecado, penetrando en ella, se apodera de todos sus miembros y de las praderas de su corazón. Cuando el hombre se pone a la búsqueda de la gracia, ésta llega hasta él y se adueña tal vez de dos miembros del alma. El sujeto poco experimentado obtiene ese consuelo de la gracia; piensa que ella se ha apoderado de todos los miembros del alma y que el pecado ha sido extirpado. Sin embargo, la mayor parte permanece bajo el imperio del pecado y sólo una parte pequeña bajo el de la gracia; pero, en su ignorancia, el hombre se deja sorprender (Hom. 50: PG 34, 820c).
Él se expresaba así: «Cuando el espíritu se aparta del recuerdo de Dios, cae o bien en la cólera o bien en la ambición». Él llamaba, a la una, bestial, y a la otra, diabólica. Como yo le expresara mi asombro ante el hecho de que el espíritu del hombre pudiera estar permanente con Dios, me dijo: «El alma está con Dios en todo pensamiento, en toda acción con la cual le rinde culto».
El monje debe su nombre, en primer lugar, al hecho de estar solo (monos), puesto que se abstiene de mujer y se aparta, interior y exteriormente, del mundo. Exteriormente, renunciando a la materia y a las cosas del mundo. Interiormente, renunciando incluso a sus representaciones, sin admitir los pensamientos ni las preocupaciones mundanas. En segundo lugar, es llamado monje porque ora a Dios con una oración ininterrumpida, para purificar su espíritu de los pensamientos numerosos y opuestos y para que su espíritu se haga, en sí mismo, sólo monje ante el verdadero Dios, sin admitir los pensamientos del mal, permaneciendo puro e íntegro.
Es necesario librar al espíritu de toda divagación para impedir que éste sea perturbado por los pensamientos. Si falta esta libertad, será en vano la oración, y el espíritu divagará alrededor de los objetos; aparentará orar, mas su oración no se elevará hasta Dios. Si la oración no fuera pura y acompañada de la plena certidumbre de la fe, Dios no la recibirá.
La ley escrita relata muchos misterios de una manera oculta.
El monje que se dedica a la oración y a una conversación ininterrumpida con Dios, los encuentra; entonces la gracia le revela aquellos misterios más terribles que los de la Escritura. No se puede lograr, por la lectura de la ley escrita, nada comparable a lo que permite alcanzar el culto de Dios, pues allí todo está cumplido.
Aquel que lo ha elegido no tiene necesidad de leer las Escrituras, sabe que todo se consuma en la oración.

lunes, 20 de abril de 2009

Amar gratuitamente



"Después de haber entrado en el jardín del conocimiento de sí, el solitario entra en la bodega del vino. La bodega del vino significa el amor al otro. Un amor extraordinario, un amor que es difícil ya que no sabemos amar. El solitario va a comprender que lo importante no es ser amado sino amar. Y amar gratuitamente. "
Marie-Madeleine Davy

"conversaba familiarmente con Dios...."


"El trabajo de los monjes es el mismo que el de Adán al principio, antes de su pecado, cuando estaba revestido de gloria y conversaba familiarmente con Dios y habitaba aquel lugar donde toda bienandanza tiene su asiento. ¿Es que le van, en efecto, a la zaga los monjes a Adán cuando, antes de su desobediencia, fue puesto por Dios para cultivar el paraíso? Ninguna preocupación mundana atormentaba a Adán, y ninguna atormentaba a los monjes. Con pura conciencia conversaba Adán con Dios, y con pura conciencia conversan con él los monjes. O, por mejor decir, tanto mayor es la confianza que estos tienen con Dios cuanto es mayor la gracia que les suministra el Espíritu Santo. "
San Juan Crisóstomo, In Matth. Hom. 68,3

sábado, 18 de abril de 2009

HISTOS A INVIAT! ¡CRISTO HA RESUCITADO!
Con su Resurrección, Cristo es el Salvador. Anuncia a todos los hombres la Paz. Nos anuncia que no hay pecado que Él no pueda perdonar, sino aquél que rechaza el poder salvador de su misterio pascual.

jueves, 16 de abril de 2009

Frente a uno mismo


"La soledad es un espejo. Y ¿quién soporta el tener un espejo ante el rostro? Se dice a menudo y se repite que el conocimiento de sí es el más difícil de los conocimientos; la ciencia de las ciencias, el conocimiento de los conocimientos. Si uno está muy sobrecargado, si uno ve muchos rostros, si uno se mantiene en una conversación perpetua, un parloteo exterior o interior, uno no se ve. Se ve a los demás, los rostros las mímicas, pero uno no se ve. La soledad es un espejo. Un espejo excelente, un espejo que retiene todo."más...

jueves, 9 de abril de 2009

La liturgia o el método físico de los esicastas. Tomás Spidlik



Ciertamente los solitarios tienen la desventaja de estar privados de ese medio de comunión espiritual que es la liturgia, la cual, más tarde, llegó a ser fuente de tanta inspiración. Digo "más tarde" porque al inicio los monjes fueron más bien escépticos respecto a las bellas celebraciones. "No se viene al monasterio -escribe San Teodoro Estudita- para escribir o cantar bellas canciones" . Pero enseguida las celebraciones litúrgicas alcanzaron su perfección precisamente en los monasterios. La belleza de los ritos, el "cielo en la tierra", eleva el alma . Los antiguos monjes temían que los medios de devoción fuesen demasiado corporales. La vida monástica es angélica. Sin embargo, en el fondo, consentían que estos "ángeles viviesen en el cuerpo". No se debe despreciar sino utilizar como instrumento por medio del cual expresar las relaciones del alma con Dios.El eremita está privado de todo esto. Y, bajo este aspecto, ¿no será, quizás, su modo de vivir un retroceso? ¿un retorno al falso angelismo gnóstico?. Desde este punto de vista no tenemos duda. La vida eremítica no favorece las funciones litúrgicas. Pero un cierto "lenguaje del cuerpo" debía encontrarse también en los solitarios. Practicaban muchas metanie, inclinaciones y postraciones, señales de la cruz.Pero esto no es su mérito. Estas prácticas eran aprendidas en el monasterio. Ellos, tan sólo, han hecho un descubrimiento. En la vida común se distinguen ciertos gestos litúrgicos de los gestos profanos. Los gestos sagrados son tales porque significan la elevación de la mente a Dios como, por ejemplo, las manos alzadas o los ojos vueltos hacia el cielo. Pero estos gestos litúrgicos están limitados por el ritmo de la vida. Los solitarios tenían la libertad de hacer muchas metanie, pero también esto debía tener una medida. Entonces descubrieron otra cosa: ¿porqué no dar un significado sagrado a esos "gestos" que son inseparables del ritmo de la vida, como por ejemplo la respiración y el latido del corazón?No queremos tratar aquí las cuestiones que se refieren el así llamado "método físico" de los esicastas . Me parece justo en esta ocasión subrayar este aspecto que normalmente viene olvidado: el lenguaje del cuerpo en la oración solitaria, una especie de liturgia secreta.Para finalizar debemos intentar alguna conclusión que, ciertamente, no es fácil. Hasta ahora no hemos hecho otra cosa que una larga comparación, un díptico de razones en favor de un estilo de vida o del otro. Paradojalmente, de ambas partes se puede tener razón. Y esta situación, como es de esperar, causó continuas excitaciones, un "oscilar" entre una y otra parte.Hubo algunos espíritus fuertes que eligieron decididamente una dirección combatiendo la otra. Pero estos fueron normalmente reformadores que buscaban remediar las desviaciones de la parte opuesta. Los sabios monjes "oscilaban" de una parte a otra. Muchos santos comenzaron como esicastas y terminaron fundando un monasterio cenobítico, y también a la inversa.Estamos tentados de decir que una cuestión tan importante no ha encontrado aún una solución satisfactoria, y es propiamente esta incertidumbre que, con el tiempo, debía debilitar el monaquismo. Pero antes de pronunciar el juicio definitivo, veamos si no se ha encontrado quizás una solución.En este momento me permito hacer un salto histórico, tomando en consideración el monaquismo ruso. Como he dicho, al inicio del siglo XVI, las dos tendencias llegan a un conflicto. Dos grandes reformadores monásticos: José de Volokolamsk y Nilo Sarski se opusieron. Cada uno reclama para sí las razones que hemos visto. Lo que podemos pedir a la historia es esto: ¿cuál fue el resultado de estas reformas? La respuesta, desde los hechos históricos, es clara: Ambos tuvieron un notable éxito, pero sólo por una generación posterior a la muerte de los reformadores. Luego vino nuevamente la decadencia. La reforma más permanente del monaquismo ruso vino más tarde con el despertar de la dirección espiritual, con la aparición de los staretz, padres espirituales por excelencia . Ellos resolvieron la cuestión no en el plano institucional, sino personalmente. Sólo la clarividencia de un padre "diacrítico" puede decidir el momento justo en el cual un hombre tiene necesidad de la comunidad y del apoyo necesario del orden, y cuando, al contrario, son momentos que aconsejan dejarlo solo.

sábado, 4 de abril de 2009

La Palabra de Cristo


""La Palabra de Cristo, cuando es recibida con profunda fe, lleva al hombre hacia la vida eterna a través de caminos donde encontrará mucho de lo que es ajeno y desconocido para aquellos que no siguen a Cristo. En este elevado camino, todo lo que deba tener y experimentar en su existencia le será revelado. La luz de la palabra de Cristo es fuego que pone a prueba a todo hombre y generalmente hablando, todo en la existencia cósmica, es así que el Apóstol Pablo testifica, ‘Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia.’ La palabra de Cristo es espíritu y vida eterna, plenitud de amor y gozo celestial. La palabra de Cristo es Divina luz increada… Se dirige, no al superficial razonamiento discursivo sino al profundo corazón de hombre, y aquel que abra su corazón dignamente para recibir esta luz divina, para fundirse en ella, llega a ser como Dios. Las palabras de Cristo, realizadas en vida, hacen al hombre un dios. "


San Silvano el Athonita

viernes, 3 de abril de 2009

Mănăstirea Sf. Ioan Theristis








Mănăstirea Sf. Ioan Theristis se află în Calabria, pe teritoriul localităţii Bivongi, într-o vale sălbatică numită Vallata dello Stilaro, renumit loc de nevoinţă ascetică unde totul vorbeşte despre monahismul bizantin de la sfârşitul celui dintâi mileniu creştin.


Mănăstirea "Sf. Ioan Theristis", care este declarată Monument Național, cuprinde un complex monastic de origine bizantină, compus dintr-o biserică în stil bazilical din secolul al-X-lea și câteva corpuri de chilii.

Monumentul este situat în partea declarată "zona sacra" a Patrimoniului Bizantin din Valea Stilarului, fiind primul dintre edificiile restaurate dintre cele peste 40 care existau la începuturile celui de-al doilea mileniu creștin în această parte a Italiei Meridionale.
Această "perlă" a Calabriei funcționează ca mănăstire de monahi, înscriindu-se astfel în continuitatea vie cu ceea ce ea a reprezentat până în urmă cu 300 de ani.

La marea humana frente al Infinito


¿Qué es el hombre en la inmensa marea humana, que se mueve desde hace tantos siglos, y que puede continuar su movimiento durante tantos tiempo? ¿Qué es esta marea inmensa en la marea indefinida que Dios no pudo haber realizado?

¿Qué es todo eso frente a Dios infinito?

Apenas un vestigio sobre la arena, una sombra sobre el horizonte, la huella de una flecha en el aire que ha atravesado....

Dom A. Guillerand, cartujo

jueves, 2 de abril de 2009

miércoles, 1 de abril de 2009


"Pero cuando tú triunfes con la virtud, no te ensañes en tu pensamiento contra tu hermano pensando que has triunfado mientras él fue negligente; porque éste es el inicio de la soberbia. Cuida con todas tus fuerzas no hacer nada según la voluntad de agradar a los hombres."


Abate Filemón en el blog Dichosa Ventura