
"No te aflijas por tus impotencias, ni aun, en cierto sentido, por tus miserias morales. Te querrías bello, irreprochable. Es una quimera; orgullo, quizás. Hasta el fin, permanecemos pecadores, objeto de la infinita misericordia, a la que tanto valora Dios."
un cartujo
Es doloroso pero muy real... nunca somos lo suficientemente santos y atinados a las consecuencias.
ResponderEliminarPaz y Bien.
En sus oraciones!