jueves, 26 de febrero de 2009

Dios es Padre nuestro por gracia



"Si alguien quiere saber cómo nosotros podemos llamar a Dios, Padre, que escuche al óptimo pedagogo Moisés quien dice: "No, Él es tu Padre, tu creador que te hizo y te creó"(Dt 32,6)También el profeta Isaías declara: "Tú eres nuestro Padre, nosotros somos la arcilla y Tú nuestro alfarero, todos nosotros somos obra de tus manos" (Is 64,7). Esta profecía nos enseña con toda claridad que lo llamamos Padre, no por naturaleza, sino por donación divina y adopción."



San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 7,8.
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lunes, 23 de febrero de 2009

Lo único importante


"Seriamente, yo soy viejo ahora, y he renunciado a interesar a la humanidad, aún a la más favorablemente dispuesta: es propio del buen sentido, hay un tiempo para callarse. Como toda persona que medite debería percibirlo al cabo de poco tiempo, todo lo que se expresa y se discute es como la madera o el papel: irremediablemente exterior a la vida del espíritu. El pensamiento, el único pensamiento, es todo interior a estos jalones que no pueden empañar su transparencia divina ".



Tomado de un escrito del p. Alberto E. Justo op en ermitañourbano.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El cordón de oración


El cordón o cuerda de oración, llamado en ruso "chotki" y en griego "komboskini", es un lazo trenzado de nudos, por lo general realizado con lana y, a veces, con cuentas de madera, que se usa para mejorar el seguimiento del número de rezos en los momentos escogidos para la oración privada. Normalmente, se utiliza con la "Oración del Nombre de Jesús": "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi, pecador". Históricamente su forma típica tenía 100 nudos, pero los cordones de oración con 300, 50, o 33 nudos o, comunmente menos, 250 o 12, también suelen emplearse adaptándose a los objetivos de cada orante. Es común igualmente que al final se encuentre anudada una cruz y consta también de unas cuentas en ciertos intervalos entre los nudos. El propósito -la utilidad- del cordón de oración es contribuir a adquirir una mayor concentración en el contenido de los rezos durante la oración y no tanto, aunque también, al conteo de rezos por sí mismo.Su invención es atribuida a San Pacomio (s. IV) como ayuda para los monjes analfabetos y que estos pudiesen lograr con facilidad un número constante de rezos y de postraciones. Se pretendía que, portando el cordón de oración, los monjes tuvieran siempre presente la prescripción de San Pablo en la Iª Epístola a los Tesalonicenses 5, 17: "Orad constantemente".En algunos libros rusos de servicios, algunos de estos pueden ser sustituidos, según la necesidad, rezando la "Oración del Nombre de Jesús" un especificado número de veces, normalmente de 300 a 1500 veces dependiendo del servicio que haya sido sustituido. De este modo, si en un momento dado no se dispone, por cualquier razón, de los libros de servicios, los rezos sí pueden ser efectuados. El empleo del cordón de oración se hace en estas situaciones muy práctico.El cordón de oración tiene paralelismos con otros objetos similares en otros grupos y confesiones religiosas; por ejemplo, en el caso del cristianismo romano, el rosario.


[Nota: La presente entrada es traducción de parte del artículo de la Orthodoxwiki sobre el mismo tema]

sábado, 14 de febrero de 2009

LA ORACIÓN


"La esencia de la oración consiste en la invocación concentrada al Señor, llamándolo con sentimiento cálido del corazón — sea por agradecimiento, o arrepentimiento, o por cualquier otro motivo. Cuando no tenemos este sentimiento, no tenemos la oración debida.
Para aprender a orar, recen a menudo, con asiduidad y con celo y así aprenderán: no se necesita nada más. Si se esfuerzan con paciencia, al tiempo va a aparecer la oración permanente. Pónganse esto como meta y alcáncenla. El Señor está cerca. Tengan la memoria de Dios y traten de ver siempre ante si a Dios y permanezcan con reverencia ante Él.
Cuando en oración se entrometen pensamientos extraños, hay que alejarlos, vuelven otra vez — alejarlos de nuevo... y así sucesivamente. Es la hazaña de tener un juicio permanente. Esfuércense en que su corazón permanezca en un humor religioso correspondiente. Cuando el corazón tiene el sentimiento semejante, no hay pensamientos de vanidad que lo distraigan.
Aprendemos a escribir con dificultad, mientras estamos en la tarea de hacerlo, pero con deseos de mejorar, lo logramos, y así pasa con la oración, hay que aprender con continuidad y esfuerzo. La oración no llega sola, hay que aprenderla. Hay que frotar el alma y se va a entibiar. Con ella los pensamientos se van a calmar, y la oración será límpida. Todo — por la Gracia Divina. Por ello hay que rezarle a Dios para que Él nos dé la oración.
En lo que se refiere al método de la oración: cualquier método que el hombre elija, será provechoso, si mantiene el alma en veneración hacia Dios
Es beneficioso de adquirir la costumbre de invocar a Dios, diariamente con oraciones cortas — la principal de ellas es la oración a Jesucristo: Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador. Aprendan e entiendan las 24 oraciones de san Juan Crisóstomo y con ellas claman a Dios. El rezar con oraciones cortas, concentra nuestra atención y revisa todas las necesidades del espíritu. "
No olviden que la fuerza de la oración — es "el espíritu penitente," cuando el corazón está colmado de arrepentimiento y humildad. Entréguense a las manos de Dios y Él no los abandonará. Al rezar no hay que imaginar ni a Dios, ni a la S-ma. Virgen, ni a santos ni a ángeles, ni cualquier otra imagen, sino que hay que rezar convencidos, de que Dios y sus santos lo oyen. Como oyen? No vamos a dialogar sobre esto. Oyen, y esto es todo! Si comenzamos a imaginarnos diferentes imágenes, existe la posibilidad de que estemos rezando a una ilusión. Cómo podemos imaginarnos algo que no hemos visto. Y el estado de los santos en aquel mundo espiritual, es tan diferente a todo lo que conocemos, que todas nuestras imágenes, sin esperanza son destinados a una falsificación y engaño. Por ello hay que acostumbrarse a rezar, sin formarnos ninguna imagen.

Teófanes el Recluso

jueves, 12 de febrero de 2009

LA HORA DE DIOS


El momento de nuestro morir será la hora del salto mortal sin red. En la hora de Dios, al cerrar los ojos de nuestra carne, nos abrirá los del Espíritu y caeremos en la cuenta de que estamos en sus manos y lo hemos estado siempre, aun en aquellos momentos que creíamos habernos alejado de Él.
Nuestra entrega total, la que Él quiere, se dará en ese momento, en el umbral de lo desconocido, en el que seremos totalmente pobres, sin conservar nada ni asirnos a ninguna cosa.... riqueza, éxito, fama... ni siquiera a nosotros mismos y nuestras seguridades. Pobres, desnudos.

sábado, 7 de febrero de 2009

LA MEDITACIÓN HESICASTA



Un día, unos peregrinos, impresionados por la calidad de la presencia de un joven, le tomaron por un monje y le pidieron la bendición. Al enterarse de esto el padre Serafín, comenzó a molerle a golpes... El joven empezó a gemir."Menos mal, dijo el monje, creía que te habías hecho tan estúpido como los guijarros del camino... La meditación hesicasta tiene el enraizamiento, la estabilidad de las montañas, pero su objetivo no es hacer de ti un tocho muerto sino un hombre vivo".

De "Meditar como una montaña"

jueves, 5 de febrero de 2009








" No confíes, hermano mío, en que el final de tu vida esté adornado con la belleza divina que ahora aparece pintada en ti; por este pensamiento la vanidad negligente comienza a actuar en ti hasta que consigue su efecto. Porque del mismo modo que no podemos estar seguros de que el recorrido de una nave llegue al puerto sin problemas, tampoco el hombre no está seguro si habrá o no escándalo a lo largo de su vida. " (foto de Anacoreta)

Juan el Solitario

miércoles, 4 de febrero de 2009

Soledad Luminosa"No es bueno que el hombre esté solo".




Existe una soledad malsana y estéril. La soledad del solterón egoísta que no quiere comprometerse con nadie por temor a perder una libertad malentendida, pero que en el fondo es miedo precisamente a ser libre. También es mala la soledad de quien se siente abandonado e incapaz de suscitar admiración y cariño, o por que nunca lo recibió o por complejo de inferioridad. En esa soledad nadie puede desarrollar la esencia de su ser que requiere la relación de amor con otro ser para lograr la alegría de vivir.Pero existe también una soledad luminosa que nos permite reconocernos a nosotros mismos y reconocer las personas, de modo que podamos vincularnos con ellas al nivel adecuado. Esa soledad puede ser, a veces, dolorosa. Con frecuencia, las distancias nos hacen tomar conciencia de la verdadera compañía. Solo quien ha sentido su alma asoleada por la presencia amorosa de una esposa o de un amigo, lo echa de menos cuando ya no está y aprende que las personas son únicas e irrepetibles. De ahí también, ese sentimiento desgarrador de pérdida irreparable que experimenta ante su muerte, que hace de su alma una "tierra de sombras". Nunca más en esta vida lo volverá a encontrar; nadie podrá ya hacer resonar es su alma la alegría que experimentaba con el ruido de sus pasos o la cascada de su risa; ningún otro rostro encenderá su corazón como lo hacía ella con la claridad de su mirada.La capacidad de cierta soledad, nos da claridad y libertad para establecer relaciones profundas y definitivas. Los verdaderos vínculos no se pueden establecer en la ansiedad de encontrar compañía a toda costa con cualquiera que se cruce en el camino, o por medio a quedarse solo. La tarea frente a la soledad no consiste en quedarse fondeado en ella, ni de salir de ella en una evasión compulsiva, sino en asumirla como una instancia privilegiada de reconocimiento personal, para superarla en libertad a través de vínculos de amistad y de amor verdaderos con las personas que responden a lo que somos.Para descubrir la belleza de la naturaleza y crear las verdaderas amistades y las relaciones del corazón, cada uno ha de estar dispuesto a pasar por el silencio, avanzar en el aislamiento del desierto, penetrar en la oscuridad de la noche. Solo allí le hablarán las cosas, se le encenderán las estrellas y escuchará esa voz única que le habla al corazón. En esa soledad sana y fecunda el hombre se libera de las urgencias que lo enredan, de tantas voces que lo confunden y se dispone a descubrir lo esencial, porque allí,




"Converso con el hombre que siempre va conmigo-quien habla solo, espera hablar con Dios un día-mi soliloquio es plática con este buen amigo que me enseño el secreto de la filantropía"(A. Machado).




Toda persona necesita de esos espacios de soledad en los que puede escuchar sus deseos profundos, lo que quiere hacer de su vida, la voz de Dios que habla en el desierto a través de la propia conciencia. Es en el silencio donde toma las decisiones más profundas y definitivas, entre las que se destaca la elección de la persona que lo acompañará para siempre como cónyuge. Sin ese ejercicio de auto-presencia en soledad, el tiempo y la rutina deterioran la comunicación con las personas que más queremos, las líneas de llamadas se bloquean y no logran transmitir los sentimientos más nobles del corazón. Las relaciones se interrumpen o se convierten en lazos que atan en dependencias de ansiedad, celos o culpabilísmos neuróticos. Por esto, es muy sano acudir al desierto de un retiro espiritual, tomar distancias de esas mismas personas que queremos, no para cortar compromisos, sino para adquirir capacidad de presencia y aprender a vincularnos con ellas de un modo más libre y personal. No se trata de huir del mundo ni maldecirlo, sino de tomar distancia de él para contemplarlo y conocerlo mejor, para así amarlo y transformarlo.

(Del Libro “No es bueno que el hombre esté solo” de Alfonso Vergara Tagle SJ, 1995)

domingo, 1 de febrero de 2009

TERCER ENCUENTRO EN LA ABADÍA DE GETHSEMANI: CRISIS ECOLÓGICA.

Abadía de Gethsemani, Kentuky

Reunido el MID americano en la Abadía de Gethsemani, Kentuky, cotejaron juntos, desde sus respectivas tradiciones, sobre lo que ha llegado a ser un paradigma planeterio: la crisis ecológica.

"Los monjes son seres de soledad, pero han evolucionado también en sus actividades comunitarias para llevar a buen término el combate espiritual y la comunión fraterna. Este patrimonio común debe ponerse hoy en práctica para "convertir" , tanto como sea posible, la marcha ciega hacia un mañana desencantado, en que las primicias nauseabundas desde hoy notables en la tierra, el mar y en el aire, cuyo coste humano es inconmensurable. ¿Sabremos sacar tesoros nuevos de nuestros tesoros antiguos, y escuchar hoy lo que se proclama desde hace siglos?"
DIM Boletín Internacional, nº 25-2009