domingo, 8 de marzo de 2009

Eremitas Camaldulenses de Monte Corona



Camaldulenses españoles: barba y hábito blanco (1960)
Los Camaldulenses fueron fundados por San Romualdo en 1012, en Italia, y reformados en 1520 por el Beato Pablo Giustiniani. Lo característico de su carisma es que tratan de conjugar la vida cenobítica benedictina con la eremítica, dando la preferencia a esta última. Cada religioso ocupa una celda, saliendo de ella para el Oficio Divino, que se celebra en la iglesia, las horas de trabajo matutinas, y para las recreaciones comunitarias. El tiempo restante lo pasan en sus celdas, ocupados en la meditación de la Palabra de Dios y en la contemplación de las realidades divinas. Su hábito es de color blanco con escapulario y cogulla del mismo color. Existe una Congregación Camaldulense (160 monjes) afiliada a la Orden de San Benito, y otra independiente llamada de los Ermitaños Camaldulenses del Monte Corona, con 136 monjes. Ésta última, tiene en España un monasterio o yermo: Yermo Camaldulense de "Ntra. Sra. de Herrera". Aptdo. 406 A.P. 09200 Miranda de Ebro- Burgos.

viernes, 6 de marzo de 2009

Monjas cartujas (2)





El día típico de una monja cartuja /
La vocación de las monjas cartujas
El día
En el desierto
En el corazón de la noche
Sólo Dios
Laudes en el secreto de la celda
La celda, universo de la monja
Eucaristía y soledad
Soledad y oración
Estudios, trabajo, lectio divina
Monjas del claustro y monjas conversas
Sexta y Nona
Los votos
Alabanzas nocturnas
Libertad
Fiestas y espaciamento
Etapas

Profesión solemne - consagración virginal

De charteaux.org

lunes, 2 de marzo de 2009

Las monjas cartujas (1)



Para alabanza de la gloria de Dios, Cristo, Palabra del Padre por mediación del Espíritu Santo, eligió desde el principio a algunos hombres, a quienes llevó a la soledad para unirlos a sí en íntimo amor. Siguiendo esta vocación el Maestro Bruno entró con seis compañeros en el desierto de Cartuja, el año del Señor 1084, y se instaló allí. Tanto ellos como sus sucesores, permanecieron en aquel lugar bajo la dirección del Espíritu Santo, y, guiándose por la experiencia, fueron creando gradualmente un género de vida eremítica propio, que se transmitía a sus continuadores, no por escrito, sino con el ejemplo.
La existencia de las monjas cartujas se remonta a los orígenes de la Orden de los cartujos. Es en 1145 que las monjas de Prébayon en Provenza, al sur de Francia decidieron abrazar la regla de vida de los monjes de Chartreuse. Ellas fueron acogidas en la Orden por San Antelmo, entonces prior de la Cartuja. Así nació la rama femenina de nuestra Orden. Desde ese momento las monjas cartujas forman con los monjes una única Orden bajo la dirección del mismo Ministro General, el prior de la Gran Cartuja.
Aunque se habían decidido a abrazar la regla de vida de los Cartujos, durante varios siglos las monjas tuvieron una parte de vida común más importante que los monjes. Se pensaba entonces que el temperamento femenino no estaba adaptado para soportar todos los rigores de la soledad de los monjes. Hacia 1970, a raíz de solicitudes apremiantes de las monjas de poder llevar la vida cartujana en plenitud, hubo una evolución hacia una vida más solitaria, de modo que actualmente la vida de las monjas es idéntica a la de los monjes.
Como para ellos, la vida de las monjas cartujas es una vida contemplativa marcada por la soledad. Todo nuestro deseo es responder al llamado de Dios devolviéndole amor por Amor. Nuestros monasterios, alejados de las ciudades, son «desiertos» con el fin de favorecer el encuentro con Dios. En efecto, nuestra aplicación principal y nuestra vocación son encontrar a Dios en el silencio y la soledad. Allí Dios y su servidor mantienen frecuentes coloquios, como se hace entre amigos.
Compartimos pues con los monjes cartujos la misma vocación y el mismo espíritu. Pero ciertas particularidades, al tiempo que nos diferencian de ellos, le otorgan a nuestra vida un sello propio. Nuestros Estatutos no se encuentran en este sitio web; enumeramos aquí ciertos puntos que merecen ser precisados.
Al igual que en la rama masculina hay en la rama femenina monjas de claustro, dedicadas más especialmente a la soledad de la celda, monjas conversas y donadas. La formación para la vida cartujana dura aproximadamente ocho años y sigue las mismas etapas que la de los monjes. Luego de la profesión solemne o de la donación perpetua, las monjas que lo desean pueden recibir la consagración virginal.
El hábito de las monjas es similar al de los monjes: hábito blanco y cogulla con bandas laterales para las profesas. Pero en lugar de la capucha de los monjes las monjas llevan toca con velo.
En todas las casas de monjas hay uno o dos padres cartujos que garantizan las funciones sacerdotales según el rito cartujano: celebración de la Eucaristía y Ministerio de la reconciliación. Junto con estos padres ordinariamente hay uno o dos hermanos encargados de los trabajos que no pueden ser realizados por las monjas. Padres y hermanos viven en un edificio separado.
Nuestros Oficios litúrgicos son idénticos a los de los monjes. Sin embargo el Oficio de Maitines, a la medianoche, simplemente se recita en lugar de ser cantado, lo que reduce en aproximadamente media hora la duración de nuestra vigilia.
Cada semana hacemos un día de abstinencia pero no a pan y agua: ese día no se nos sirve ni huevo ni pescado, ni tampoco leche, manteca ni queso. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son también días de abstinencia; estos días, las monjas que pueden se contentan con pan y agua. Algunos días y en ciertos períodos del año tomamos solamente una comida al mediodía y una pequeña colación por la tarde. Además, en todo tiempo del año, se nos concede a modo de desayuno una bebida y un trozo de pan.
La edad de admisión de las interesadas está comprendida entre los 20 y los 35 años, aunque siempre se puede considerar la posibilidad de una excepción si existen razones serias que hagan pensar en una vocación verdadera.
Las monjas cartujas han conocido en su historia las mismas duras pruebas que los monjes. En 1794, a causa de la Revolución francesa, todas las cartujas de mujeres fueron cerradas, aunque en 1816 algunas monjas que habían sobrevivido volvieron a darle vida a la rama femenina de la Orden que cuenta actualmente con cinco casas en Europa (dos en Francia, en el Macizo Central y en Provenza, dos en Italia y una en España) más una fundación en curso en Corea (Ver lista de casas).
Tras los pasos de los primeros cartujos, «permaneciendo bajo la dirección del Espíritu Santo y dejándose formar por la experiencia», las monjas cartujas quieren permanecer fieles al carisma de su Padre San Bruno.

jueves, 26 de febrero de 2009

Dios es Padre nuestro por gracia



"Si alguien quiere saber cómo nosotros podemos llamar a Dios, Padre, que escuche al óptimo pedagogo Moisés quien dice: "No, Él es tu Padre, tu creador que te hizo y te creó"(Dt 32,6)También el profeta Isaías declara: "Tú eres nuestro Padre, nosotros somos la arcilla y Tú nuestro alfarero, todos nosotros somos obra de tus manos" (Is 64,7). Esta profecía nos enseña con toda claridad que lo llamamos Padre, no por naturaleza, sino por donación divina y adopción."



San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 7,8.
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lunes, 23 de febrero de 2009

Lo único importante


"Seriamente, yo soy viejo ahora, y he renunciado a interesar a la humanidad, aún a la más favorablemente dispuesta: es propio del buen sentido, hay un tiempo para callarse. Como toda persona que medite debería percibirlo al cabo de poco tiempo, todo lo que se expresa y se discute es como la madera o el papel: irremediablemente exterior a la vida del espíritu. El pensamiento, el único pensamiento, es todo interior a estos jalones que no pueden empañar su transparencia divina ".



Tomado de un escrito del p. Alberto E. Justo op en ermitañourbano.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El cordón de oración


El cordón o cuerda de oración, llamado en ruso "chotki" y en griego "komboskini", es un lazo trenzado de nudos, por lo general realizado con lana y, a veces, con cuentas de madera, que se usa para mejorar el seguimiento del número de rezos en los momentos escogidos para la oración privada. Normalmente, se utiliza con la "Oración del Nombre de Jesús": "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi, pecador". Históricamente su forma típica tenía 100 nudos, pero los cordones de oración con 300, 50, o 33 nudos o, comunmente menos, 250 o 12, también suelen emplearse adaptándose a los objetivos de cada orante. Es común igualmente que al final se encuentre anudada una cruz y consta también de unas cuentas en ciertos intervalos entre los nudos. El propósito -la utilidad- del cordón de oración es contribuir a adquirir una mayor concentración en el contenido de los rezos durante la oración y no tanto, aunque también, al conteo de rezos por sí mismo.Su invención es atribuida a San Pacomio (s. IV) como ayuda para los monjes analfabetos y que estos pudiesen lograr con facilidad un número constante de rezos y de postraciones. Se pretendía que, portando el cordón de oración, los monjes tuvieran siempre presente la prescripción de San Pablo en la Iª Epístola a los Tesalonicenses 5, 17: "Orad constantemente".En algunos libros rusos de servicios, algunos de estos pueden ser sustituidos, según la necesidad, rezando la "Oración del Nombre de Jesús" un especificado número de veces, normalmente de 300 a 1500 veces dependiendo del servicio que haya sido sustituido. De este modo, si en un momento dado no se dispone, por cualquier razón, de los libros de servicios, los rezos sí pueden ser efectuados. El empleo del cordón de oración se hace en estas situaciones muy práctico.El cordón de oración tiene paralelismos con otros objetos similares en otros grupos y confesiones religiosas; por ejemplo, en el caso del cristianismo romano, el rosario.


[Nota: La presente entrada es traducción de parte del artículo de la Orthodoxwiki sobre el mismo tema]

sábado, 14 de febrero de 2009

LA ORACIÓN


"La esencia de la oración consiste en la invocación concentrada al Señor, llamándolo con sentimiento cálido del corazón — sea por agradecimiento, o arrepentimiento, o por cualquier otro motivo. Cuando no tenemos este sentimiento, no tenemos la oración debida.
Para aprender a orar, recen a menudo, con asiduidad y con celo y así aprenderán: no se necesita nada más. Si se esfuerzan con paciencia, al tiempo va a aparecer la oración permanente. Pónganse esto como meta y alcáncenla. El Señor está cerca. Tengan la memoria de Dios y traten de ver siempre ante si a Dios y permanezcan con reverencia ante Él.
Cuando en oración se entrometen pensamientos extraños, hay que alejarlos, vuelven otra vez — alejarlos de nuevo... y así sucesivamente. Es la hazaña de tener un juicio permanente. Esfuércense en que su corazón permanezca en un humor religioso correspondiente. Cuando el corazón tiene el sentimiento semejante, no hay pensamientos de vanidad que lo distraigan.
Aprendemos a escribir con dificultad, mientras estamos en la tarea de hacerlo, pero con deseos de mejorar, lo logramos, y así pasa con la oración, hay que aprender con continuidad y esfuerzo. La oración no llega sola, hay que aprenderla. Hay que frotar el alma y se va a entibiar. Con ella los pensamientos se van a calmar, y la oración será límpida. Todo — por la Gracia Divina. Por ello hay que rezarle a Dios para que Él nos dé la oración.
En lo que se refiere al método de la oración: cualquier método que el hombre elija, será provechoso, si mantiene el alma en veneración hacia Dios
Es beneficioso de adquirir la costumbre de invocar a Dios, diariamente con oraciones cortas — la principal de ellas es la oración a Jesucristo: Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador. Aprendan e entiendan las 24 oraciones de san Juan Crisóstomo y con ellas claman a Dios. El rezar con oraciones cortas, concentra nuestra atención y revisa todas las necesidades del espíritu. "
No olviden que la fuerza de la oración — es "el espíritu penitente," cuando el corazón está colmado de arrepentimiento y humildad. Entréguense a las manos de Dios y Él no los abandonará. Al rezar no hay que imaginar ni a Dios, ni a la S-ma. Virgen, ni a santos ni a ángeles, ni cualquier otra imagen, sino que hay que rezar convencidos, de que Dios y sus santos lo oyen. Como oyen? No vamos a dialogar sobre esto. Oyen, y esto es todo! Si comenzamos a imaginarnos diferentes imágenes, existe la posibilidad de que estemos rezando a una ilusión. Cómo podemos imaginarnos algo que no hemos visto. Y el estado de los santos en aquel mundo espiritual, es tan diferente a todo lo que conocemos, que todas nuestras imágenes, sin esperanza son destinados a una falsificación y engaño. Por ello hay que acostumbrarse a rezar, sin formarnos ninguna imagen.

Teófanes el Recluso